Nuevas perspectivas en la formación del trabajador del s. XXI

Al hilo del segundo debate que proponen desde el Encuentro Internacional EducaRed, de título La Educación para el futuro 3.0: ¿cómo avanzar del discurso a la acción?, que ha comenzado con la ponencia de Cristóbal Cobo sobre cuáles deberían ser las habilidades y competencias para los trabajadores del siglo XXI, me gustaría desarrollar un poco más las ideas que propongo para el debate relacionadas con los cambios que nuestros sistemas educativos precisan.

Tal y como plantea Aníbal de la Torre en el primer debate [De la sociedad 1.0 a la sociedad 3.0: ¿escuelas 1.0 para formar estudiantes 3.0?], más que una revolución del sistema educativo debemos pensar en una reforma del mismo, en la que seamos capaces de reutilizar todas aquellas buenas prácticas que desarrollan muchos docentes y centros educativos, al tiempo que introducimos formatos, estructuras y entornos novedosos a distintos niveles, y muy especialmente a nivel curricular, a nivel de organización escolar y a nivel metodológico.

Como indica Cobo el mercado laboral y, más globalmente, la sociedad actual tienen una necesidad creciente de profesionales cuya principal virtud sea la capacidad de adaptación a distintos escenarios productivos y tecnológicos. Esa virtud está íntimamente ligada a la capacidad de aprendizaje y, por tanto, al desarrollo de la competencia aprender a aprender, dado que en el marco actual la educación se plantea como ‘un proceso de aprendizaje permanente que tiene que contribuir a estimular el desarrollo de nuevas habilidades y actitudes, en todo momento y contexto’.

Esto amplía la necesidad de reforma desde el ámbito educativo reglado hasta el ámbito de la formación organizacional, del aprendizaje en el puesto de trabajo, y es con la mirada en estos ámbitos formativos donde, a la luz de las demandas profesionales, de las necesidades estructurales de las organizaciones y de las restricciones presupuestarias derivadas de la actual situación económica de regiones como la europea, donde se dejan entrever propuestas que han de contribuir a rediseñar el sistema educativo.

En este sentido me gustaría destacar un par de tendencias:

– La educación desde una perspectiva de la Gestión del Talento. Nuestros sistemas educativos presentan de una forma muy notable una seria incapacidad para detectar y enfocar los procesos y los currículos en el talento del educando. Esta notable realidad presenta dos perversiones, por una parte la cantidad de recursos, humanos, técnicos y económicos, empleados en homogeneizar a todos los destinatarios de nuestros programas formativas, como si intentáramos preparar a ejércitos de autómatas donde todos tienen que desarrollar la misma tarea y ocupar el mismo puesto, y por otra parte la pérdida de la oportunidad de convertir un potencial talento en un experto.

Los responsables de la gestión del capital humano de muchas organizaciones son cada vez más conscientes de la necesidad de reorganizar los recursos formativos atendiendo a esta clave, en tanto que, como tantos otros aspectos dentro del mundo empresarial, la educación no deja de ser algo sometido al prisma del retorno de la inversión.

– El crowdlearning como forma de regular el conocimiento y las ofertas y demandas de formación y aprendizaje en las organizaciones. Decía Paulo Freire que ‘todos tenemos algo que enseñar y todos tenemos algo que aprender’, esto nos convierte a todos simultáneamente en docentes y en discentes, y por tanto ofrece a las organizaciones la posibilidad de establecer una red de transferencia de conocimiento cuyo valor estará correlado con la complejidad de la topología de su grafo.

Evidentemente estas dos tendencias se han visto alimentadas por la irrupción de los social media y la posibilidad de abrir espacios de aprendizaje y de conectar fuentes de información, talentos, ideas,… De modo que a las competencias relacionadas con el aprendizaje se suman las competencias digitales, no tanto en sus dimensiones instrumentales, como en lo que se refieren a actitudes y prácticas.

¿Qué opinas tú? ¿Cuáles consideras que han de ser las competencias del ciudadano del siglo XXI? ¿Cómo han de afrontar los sistemas educativos esta realidad? Participa en el debate.

No Comentarios