Cuando el aprendizaje se hizo digital

aprDigitalLo digital se ha convertido en un ingrediente clave para comprender y futurizar no solo sobre el actual contexto social, económico y cultural, sino especialmente, por lo que nos jugamos como sociedad, la escuela y más genéricamente los procesos formativos, tanto formales y no formales.

1. DISEÑAR DESDE LO TECNOLÓGICO

En este sentido el concepto de e-learning ha trascendido a la extensión tecnológica de la antigua formación a distancia para incluir cualquier actividad de aprendizaje [presencial o no presencial] que integre el uso de las tecnologías, lo cual en muchos casos ha supuesto simplemente un diseño de los procesos formativos subordinado a las tecnologías, lo cual es, a todas vistas, el enfoque equivocado.

El Modelo TPACK, por el contrario, nos propone un proceso de diseño que parte de decisiones curriculares [en el caso del ámbito escolar] o vinculadas a nuestro Syllabus, o al mapa de competencias y la evaluación del desempeño de nuestro personal, continua con las decisiones pedagógicas y, finalmente, atiende a las decisiones tecnológicas.

Inspirados en este modelo en Conecta13 hemos desarrollado un documento, que hemos llamado Artefactos digitales para el diseño de tareas de aprendizaje, en el que ofrecemos una serie de actividades que puede desarrollar el alumnado en su proceso de aprendizaje, el artefacto digital que se puede desarrollar para dar respuesta a cada una de ellas y una propuesta de herramientas.

artefactosDigitales

2. EL ESTUDIANTE [Y SU PLE] EN EL CENTRO DEL PROCESO

Diseñar acciones formativas en las que el alumnado sea el centro del proceso, algo que parece fundamental para conseguir aprendizajes significativos, implica en el caso del e-learning plantearse que el alumnado debe hacerse consciente de su PLE, tanto en su dimensión tecnológica, es decir en la gestión de las herramientas y recursos necesarios para aprender en contextos digitales, como en la dimensión de gestión del aprendizaje o autoregulación de sus procesos de aprendizaje.

Seguramente lo más útil que podemos hacer en cualquier acción formativa es dotar a nuestro alumnado de los recursos suficientes para convertirse en aprendices autónomos, es decir, los formadores debemos ser proveedores o facilitadores en el desarrollo del PLE de nuestros estudiantes.

3. AUSENCIA DEL FACTOR SOCIAL

Frente a los cursos de e-learning cerrados y diseñados bajo modelos ‘de arriba abajo’, en los que el experto y sus contenidos siguen jugando el mismo rol que en la formación presencial tradicional dejando al aprendiz pocas oportunidades de elección o libertad en su proceso de aprendizaje, las actividades de aprendizaje abiertas que se desarrollan usando espacios no jerarquizados como las redes sociales ponen de relieve la importancia de la dimensión social del aprendizaje.

Nuestro alumnado tiende a escaparse de los espacios rígidos y aburridos de los LMS en favor de espacios sociales donde desarrollan parte de su actividad digital, y en los que resulta más fácil implicarlos en actividades de aprendizaje.

IMG_32874. EL APRENDIZAJE ES UBICUO

Es decir, está en continuo movimiento, no está sujeto a espacios físicos ni temporales, sin embargo nuestros diseños formativos no facilitan esta cualidad del aprendizaje, especialmente en lo que se refiere al feedback, uno de los puntos fuertes del modelo tradicional de e-learning, donde el soporte tutorial se entiende como un factor clave para la finalización del alumnado. Así es que las plataformas dejan de ofrecer este servicio el viernes a media tarde para volver a activarse los lunes por la mañana, al tiempo que esperamos aprendices permanentes, ¿no parece una contradicción?

En Guadalinfo tuve la ocasión de plantear a la empresa con la que diseñamos el plan de formación de dinamizadores una propuesta donde extender el soporte durante toda la semana con bastante éxito y sin encarecer el proyecto.

5. ¿Y SI ‘MOOCIFICAMOS’ NUESTROS CURSOS?

Frente a quienes sólo ven el fenómeno MOOC como otra trampa del sistema, otros hemos aprendido cosas, especialmente en referencia a las relaciones entre aprendiz y contenidos, y entre aprendiz y su comunidad, e incluso sobre el valor de lo masivo. Y esto nos ha llevado a plantearnos la posibilidad de MOOCificar nuestras actividades de formación en línea. La MOOCificación nos anima a centrar el proceso de aprendizaje en las conversaciones [y por tanto estimular las conexiones y la Red de los participantes] y en promover la creación de contenidos por parte de los aprendices.

Hace año y medio, en una de las últimas actividades que coordiné en Guadalinfo, experimentamos MOOCificando un curso de Márketing Digital dirigido a un grupo de pequeños emprendedores de nuestra Red con un más que razonable éxito, no sólo en cuestión de aprendizajes, sino en la generación de redes de intercambio de información, conocimiento y proyectos. Por cierto, al mismo tiempo evaluábamos una nueva e innovadora herramienta para que los participantes gestionaran sus PLEs.

MOOCificar un curso implica diseñar pensando en términos de redes, buscando hacer que emerjan talentos y conecten para generar ideas y desarrollar proyectos. Supone ceder el papel principal a los participantes, invitándoles a adaptar el curso a sus necesidades, a elegir sus propios itinerarios, a promover la creación de contenidos digitales de valor.

Creo que el e-learning debe plantearse estas cinco cuestiones, buscando salir del espacio de confort en el que se ha acomodado en muchas ocasiones. Sobre estas cuestiones y otras muchas charlaremos el próximo martes 3 de diciembre en la Jornada Ser Digital que organiza la UOC en Barcelona.

Y tú, ¿qué cuestiones crees que nos deberíamos plantear los profesionales del e-learning?

imagen 1 | Google+ por The Daring Librarian con licencia CC-by-sa
imagen 2 | Artefactos Digitales por Conecta13 con licencia CC-by
imagen 3 | #Like 2 por misspixels con licencia CC-by-nc-nd

3 Comentarios respuesta

  • FERNANDO GUERRERO30 noviembre, 2013 at 6:15 pm

    David definitivamente nos encontramos en un momento donde el uso de las tecnologías en la escuela y el e-learning han tomado cada vez mayor relevancia. Y es en este momento donde considero el docente debe reconocer las necesidades de los estudiantes más que nunca, no podemos seguir pensando las TIC como núcleo en si mismo del proceso enseñanza-aprendizaje sino como herramienta de apoyo y facilitador de procesos de construcción y significación de saberes.
    Indudablemente el punto de partida para el e-learning deben ser las actividades, planeadas e implementadas para cubrir las necesidades de los estudiantes y generar en ellos un aprendizaje autónomo.
    NO podemos desconocer la importancia del aprendizaje colaborativo en este tipo de proceso, ya que esto permite la negociasion de significados a partir de la interacción.
    Agradezco sus aportes.

  • Eduardo Peiro5 diciembre, 2013 at 6:34 pm

    Muy interesante articulo. Nos interesa contactarnos contigo para colaboracion en nuestros blogs y cursos en linea.
    Saludos, Aprender21 Cursos a Distancia.