De madres y padres a coaches, ¿qué será lo siguiente?

Esta semana tuve ocasión de conocer, a través del timeline de Araceli Pérez, el evento Gestionando Hijos, una propuesta dirigida a madres y padres que cuenta con el respaldo de numerosas empresas y organizaciones, en calidad de patrocinadores y colaboradores. Tras Gestionando Hijos se encuentra Leo Farache, un licenciado en Ciencias Empresariales con numerosas experiencias en el ámbito del marketing y la gestión empresarial [tal y como revela su perfil de LinkedIn], incluyendo la autoría de publicaciones como Los diez pecados capitales del jefe.

También ha publicado un libro de título Gestionando Adolescentes que anticipa el interés de Farache por el tema educativo aunque, sin haber leído el libro y guiado simplemente por el enfoque del evento Gestionando Hijos, creo que con más buena voluntad que acierto.

Y es que Gestionando Hijos comienza fallando en el título y continúa con una sucesión de desatinos como acercarse a la educación desde el ámbito empresarial, porque educar no es preparar a trabajadores sino a ciudadanos, y las madres y padres no somos coaches, ni project managers, ni responsables de un mini-departamento de recursos humanos. A los hijos no hay que gestionarlos como si fueran productos, servicios o clientes.

Esta tendencia a pensar en las relaciones humanas en términos comerciales no es nueva, por ejemplo la ‘Modernización de la Administración’, adoptando el lenguaje y las prácticas de las empresas, buscaba tratar al ciudadano como un «cliente» cuyas demandas había que satisfacer, algo superado en la era de la innovación abierta en la que los ‘usuarios’ de los servicios de la administración podemos y debemos colaborar en la mejora de los mismos.

Sin embargo Gestionando Hijos sigue funcionando bajo el modelo del usuario/cliente/espectador, donde los asistentes vivirán toda una experiencia multimedia [según indican en su propia web] y que los medios venden como el ‘nuevo concepto de eventos «educativos»‘ [llama la atención el entrecomillado de educativos].

Un vistazo al programa del evento nos confirma todo lo anterior [marketing, espectadores, empresa y «educación», entre comillas]. El evento comienza, tras la presentación de Farache, con una primera charla que lleva por título Conectar el mundo de la empresa con la educación, y que tiene como ponente a Enrique Sánchez de León, director general de la Asociación para el Progreso de la Dirección, y se cierra con la ponencia [modo predicador evangelista americano] de Fernando Botella: Enséñales que la Vida es Chula [sin comentarios], un buen ejemplo de la tendencia a simplificar el mensaje y elevar el tono que se ve en numerosos foros, educativos y no educativos, y que aparentemente tanto éxito tiene.

La presencia de las empresas patrocinadoras es motivo de desconfianza sobre la finalidad del evento, no tienes claro si entre charla y charla, te colocarán la gorra de Coca-Cola, un descuento en Vitaldent para tu próximo empaste y un bono familiar para ir a Kinepolis. Quiero ser optimista y pensar que a las personas involucradas en esta iniciativa [desde la organización hasta los colaboradores] realmente les mueve su interés por la educación pero no sólo la percepción que desde el ámbito educativo se tiene de este evento no es demasiado buena sino que, como decía antes, creo que el enfoque no es correcto.

Y si querían ponentes que hablaran de la educación desde la empresa deberían haber contado con gente tan brillante y humana como Koldo Saratxaga, que tiene más de discurso que de fuegos artificiales, en comparación por ejemplo con el mismo Fernando Botella.

Y tú, ¿qué opinas de Gestionando Hijos?

imagen | familia vía Shutterstock

6 Comentarios respuesta

  • PEDRO8 diciembre, 2014 at 10:05 am

    Comparto la idea de que educar no es preparar a trabajadores sino a ciudadanos, pero discrepo en equiparar esta idea (equivocada) a la ‘Modernización de la Administración’, que busca tratar al ciudadano como un “cliente” cuyas demandas había que satisfacer, pues en el primer caso el cliente es la empresa (no el alumno que es quien debiera serlo) y en el segundo caso es el ciudadano al que se pretende escuchar directamente antes de prescribir los servicios a prestar: no es lo mismo.menos

  • Rosario8 diciembre, 2014 at 8:39 pm

    Es que hoy todo el mundo entiende de Educación, da conferencias, etc; desde el empresario hasta el cocinero, pero los/las docentes no tienen idea. ¿…? ¿Estamos aplicando la EDUCACIÓN INVERTIDA? ¿Es que la educación ya no se da en las Escuelas? Pues que dejen de dar lecciones empresariales que solo sirven para la gestión de los centros privados, Les gusta ser «el Maestro Liendres, que de todo sabe y de nada entiende».
    Un abrazo

  • Luis López-Cano8 diciembre, 2014 at 11:55 pm

    Saludos, David 🙂

    Siguiendo un poco la esencia del mensaje de Fernando Botella (que no es más que un giro sobre otro mensaje de una conocida marca de ropa, y que Botella convierte en una suerte de aforismo extraño «Enseña a tus hijos que la vida es incierta. Por eso es chula»), a mí me da la impresión de que «gestionar hijos» es algo que suena especialmente chungo… Y más si te lo dicen con una sonrisa: ¿No sabes qué hacer con tus hijos? Contrata un gestor…Descuentos especiales para familias numerosas y criaturas recalcitrantes… Hilarante

    Sin embargo, y tratando de ir al fondo de la cuestión, no me sorprende demasiado ni que el márketing se decida a intervenir en el campo de la educación en familia, ni que haya familias que puedan encontrar útiles este tipo de enfoques. Va todo muy rápido, y este tipo de enfoques pueden tener apariencia de ayuda para esos que quieren ir rápido; o para los que no se dan cuenta de que tienen esos problemas que creen que tienen porque van (y quieren ir) demasiado rápido. Las familias no son ajenas a esa velocidad, y entonces pueden desear soluciones rápidas para sus problemas rápidos, para dejarlos atrás cuanto antes mejor, porque hay que seguir hacia delante… Si se para uno a pensarlo, es una cosa de locos: equiparar la gestión con la educación… Espero que no se les ocurra despedir hijos por no cumplir con los objetivos mensuales :-))) Es una exageración, no creo que vayan los tiros por ahí.

    Tampoco creo que sea una cosa que se pueda tomar demasiado en serio a nivel de impacto social, aunque sí pueda utilizarse su crítica para señalar los caminos correctos (los caminos humanizantes), los ámbitos de actuación concretos de la empresa y de la educación (en general, y disculpen la injusticia consciente—no es más que un ejercicio de lenguaje publicitario escrito por alguien que no sabe nada de publicidad—trabajarse a las personas vs trabajar con y para las personas), el peligro de la simplificación de determinados mensajes (o cómo retorcer las esencias hasta dejarlas desprovistas de la amplitud de sus significados) y la moda de la hibridación-por-la-hibridación de las prácticas de diferentes campos profesionales como garantía de éxito, modernidad, postmodernidad o panacea para unos problemas que, en mi opinión, tienen que ver con cosas mucho más sencillas a las que debemos volver de prestar atención (porque como decía el personaje de Jean Giono, la felicidad del hombre está en los pequeños valles).

    Conque no sé si gestionarán o educarán mucho o poco, si serán más o menos divertidos u ocurrentes, si de verdad habrá algo más detrás del legítimo deseo de aportar su granito de arena a esta playa barrida por velocísimos vientos desde todas las direcciones… Pero les deseo lo mejor. Porque yo también creo que la vida es chula. Que una buena manera de enseñarlo es hacer con tu hijos esas cosas que ellos piensan que son chulas. Y para eso lo único que hace falta es ir adonde están ellos y hacerles una pregunta muy sencilla… 🙂

    Saludos generalizados.

  • Leo Farache9 diciembre, 2014 at 4:42 pm

    Muchas gracias por escribir este post en el que se discrepa mucho y bien de lo que hemos organizado y dirijo , Gestionando hijos.
    Nuestro primer propósito es reclamar la atención de madres y padres sobre lo importante que es su (nuestra) labor educativa. Queremos contribuir con ideas (a nosotros – lógicamente – nos parecen buenísimas) que contribuyan a ayudar en el acto educativo más cotidiano para que madres y padres seamos mejores educadores. Creemos que esta es una condición necesaria para mejorar nuestra sociedad educativa.
    Gestionando hijos es un nombre -marca que no deja indiferente. Hay muchas personas como tú (espero que el tuteo sea correcto ;)) que opinan que acercar un término empresarial al mundo de la educación es incorrecto, frívolo. Otros pensamos que se acerca al mundo real, a lo que nos toca vivir y que la palabra gestión la venimos utilizando de forma recurrente asociada a las emociones, el talento, las personas…
    La gran mayoría de las personas a las que preguntamos, madres, padres y adolescentes, usuarios que no especialistas en educación nos decían que la palabra gestionar definía bien su reto; aprender a gestionar mejor su tiempo, los conocimientos, las alternativas que se producen en relación con sus hijos. Los adolescentes preguntados les gustaba mucho la idea de que sus padres se tomarán así, como gestores, su rol.
    Discrepo sobre la idea de que otras áreas del conocimiento no sean útiles para trasladarlas a la educación. El compromiso de cohesión educativa del que hablar Richard Gerver incluye a mi juicio lo que proponemos. Hay que conectar la empresa y otras fuentes de conocimiento con la educación como disciplina.
    El conocimiento de la empresa puede ser útil en la educación y viceversa. Y lo que creo que es seguro es que empresas que se sientan orgullosas de tener en su plantilla buenos empleados que sean buenos educadores de sus hijos, colaboren con profesores son las empresas que muchos deseamos. A eso le llamamos conectar el mundo de la empresa con la educación.
    Que las empresas, además, quieran colaborar con la educación ayudándonos a crear Gestionando hijos o cualquier otro evento debería ser fuente de gozo para todos. Me parece que cualquier crítica en ese sentido es equivocada y endogámica.
    Ojalá tengamos oportunidad de charlar y debatir, estoy seguro que al menos yo volveré a casa más enriquecido.
    Compartiré tu discrepancia en las redes sociales, creo que eso es sano para todos,
    Por último, os pido, por favor que escuchéis a Fernando Botella y después me digáis vuestra opinión.
    De nuevo, mil gracias por escribir, Un saludo, Leo

    • balhisay9 diciembre, 2014 at 8:22 pm

      Hola Leo, me alegra leer tu comentario porque me confirma que desde la organización de este evento hay una clara disposición por contribuir a la reflexión sobre la educación, independientemente de que coincidamos más o menos en el enfoque.

      Yo he trabajado tanto en el sector público como en el privado y en absoluto tengo una visión endogámica del proceso educativo, al contrario, creo que es algo en lo que debe participar toda la sociedad. Lo que no quiero es ver la escuela y la educación mercantilizadas, sometidas a las exigencias y necesidades de los mercados y las empresas, que realmente no son más que una parte de lo que nos define culturalmente.

      Tanto el caso de Gerver (al que conocí y escuché el año pasado) como el de Fernando Botella (al que he conocido a raíz de vuestro evento y he podido escuchar por YouTube con su charla/sermón ‘La vida es chula’) considero que son ejemplos, siempre bajo mi humilde punto de vista, de mensajes simples pero con tono elevado que parece que tienen tanto éxito pero que dejan poca huella tras escucharlos.

      Te recomiendo, tal y como indicaba en el artículo, que busques alguna charla en YouTube de Koldo Saratxaga. Su aproximación a la educación desde el ámbito de la empresa es absolutamente mágico, y con un bagaje profesional en el mundo del cooperativismo que respalda su discurso sobre un nuevo tipo de empresa y un nuevo tipo de educación.

      En cualquier caso te agradezco tu participación en este espacio que no pretende ser más que un lugar de reflexión y debate sobre un tema en el que, claramente, compartimos la misma pasión.

      Un abrazo.