¿Rapid Learning o Slow Learning?
Hace unos cuantos meses publicaba un artículo quejándome sobre la terminología para describir microformatos de aprendizaje [las famosas píldoras de aprendizaje o píldoras de conocimiento]. Hoy vuelvo a la carga con otra expresión: el Rapid Learning.
Originalmente Rapid Learning hacía referencia a una forma de producir contenidos que permite obtenerlos en unos tiempos mucho más reducidos que los que se obtienen habitualmente con herramientas de autor, una producción que se deja en manos de los expertos en las materias, los cuales entregan un producto listo para subir a la plataforma.
Evidentemente es un planteamiento que nació de la formación corporativa, con el objeto de abaratar costes de producción y responder de una forma rápida a las necesidades de reciclaje y actualización de conocimientos que se plantean en las organizaciones.
Sin embargo, posteriormente, se ha ampliado el significado de la expresión para referirse a cursos de consumo rápido, sin tutorización y centrados en el contenido [algo así como el ‘fast food’ del sector educativo].
En lo que se refiere a su acepción original [el método de producción rápida], nos encontramos con un planteamiento que centra el aprendizaje en el contenido y, además, elimina del equipo de producción a los expertos en diseño instruccional, a los redactores y a los expertos en adaptación de contenidos a e-Learning, ya que todas sus funciones dejan de tener sentido si es el experto en contenidos quien elabora, digitaliza y edita los materiales.
Por otra parte, si pienso el Rapid Learning en términos de rapidez para consumir recursos educativos, inmediatamente me viene a la memoria la Pecha-Kuchá Acelerá que compartió Manolo Rubia en el EABE10, en la que nos planteaba una alternativa al actual modelo basado en la velocidad y lo inmediato, un modelo inspirado en el Movimiento Slow al que se refirió como ‘cambios lentos’, haciendo referencia al libro de Joan Doménech Francesch ‘Elogio de la Educación Lenta’ [cuya portada ilustra este artículo].
Que la educación necesita una re-definición, tanto desde el punto organizativo como desde el punto de vista curricular, es algo que compartimos [casi] todos. y por supuesto el e-Learning no se libra de esta situación de crisis. En su caso por otros motivos diferentes, en gran parte, a los que que han provocado la crisis de las enseñanzas regladas.
¿Puede ser que haya llegado el momento de dejar de correr detrás de cada nuevo gadget o cada nueva herramienta para ver como la llevamos al aula? ¿Es el momento de adaptarnos a los tiempos de los compañeros y compañeras que se acercan a las tICs por primera vez?, ¿…el momento de incorporar las innovaciones de una manera racional y justificada en base a unos criterios metodológicos?
¿El momento de apostar por una Educación Lenta?
Estoy totalmente de acuerdo con tus reflexiones David. Lo que propones me parece muy acertado y oportuno.
Alejandro
Que slow me ha dejado tu post, cuanto arte!
Felicidades por el post! A mí también me gustó mucho el pecha kucha de Manolo.
Y creo que lo que la gente quiere consumir es certificados, en realidad. Que digan que has logrado unas metas. Ven el aprendizaje como acopio. Acumulas aprendizajes, pero no te relacionas con ellos (como dijo una vez el ministro Gabilondo, un tío que me encanta; pero esa es otra historia).
Con lo slow, el aprendizaje forma parte de ti. No es algo logrado y a otra cosa. Te lo apropias. Con lo rapid lo certificas.
Nunca he aprendido nada en un día. Todo lo que merece la pena lo empecé a aprender hace años. Pero no lo sabía hasta un momento en el que salta una chispa. Si la chispa te cambia, entonces todo lo invertido, sin saberlo, merece la pena.
¡Un abrazo David! Un post muy bien construido e inspirador.
Ni lento ni rápido, el tiempo necesario.
Gracias por el post ayuda a reflexionar sobre la dinámica en el aula tecnológica.
@Alejandro gracias, la verdad es que aunque estaba familiarizado con el movimiento slow nunca había planteado sus implicaciones en educación hasta que Manolo Rubia lo puso sobre la mesa en el #EABE10
@Sandra 😀
@JL «Nunca he aprendido nada en un día. Todo lo que merece la pena lo empecé a aprender hace años»… lo firmo! creo que no hay mejor resumen en menos de 140 caracteres de este artículo
@Daniel tienes toda la razón, cada actividad, cada niño, cada docente,… necesita el tiempo que necesita, ni más ni menos, una lástima que el sistema nos lleve a homogeneizar todo, incluso en la escuela
Gracias por la referencia David 🙂
Una reflexión….a lo largo de un curso escolar tenemos 5 ó 6 momentos «importantes»: el examen, la entrega de un trabajo, el día de Andalucía, la semana cultural, la excursión… A estos momentos profes y alumnado dedicamos la mayor parte de nuestro esfuerzo y es lo que muchas veces parece que «queda» al final. Pero en realidad, estos momentos suponen poco en el proceso formativo y en el aprendizaje de nuestro alumnado. El trabajo fuera de estos «grandes» momentos es la clave, quizás deberíamos pasar del trabajo con momentos «importantes» al proceso, y eso requiere que tengamos una mirada especial del aula, más reflexiva, más emocional y probablemente con un enfoque «slow» 😉
Saludetes