Competencias Digitales
Según la OECD una competencia es “…la capacidad para responder exitosamente a una demanda compleja o llevar a cabo una actividad o tarea, incluyendo las actitudes, valores, conocimientos y destrezas que hacen posible la acción efectiva”.
Nuestros sistemas educativos se han centrado en la transmisión y evaluación de conocimientos, un modelo que ha perdido sentido en la sociedad actual, la sociedad de la abundancia de la que habla Dolors Reig, que precisa de una ciudadanía capaz de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación con eficacia, para aprender, desarrollarse profesionalmente y relacionarse. En este sentido, y siguiendo las líneas que Dolors y otros autores nos indican, la ciudadanía de la Sociedad del Conocimiento debe ser:
1. competente en el uso de las TICs,
2. competente en la búsqueda, análisis y evaluación de información,
3. competente en la generación de contenidos, así como en compartirlos y colaborar en el filtrado de otros contenidos relevantes para su comunidad,
4. competente en la toma de decisiones y en la resolución de problemas.
En este mismo sentido, David Warlick propone un modelo de alfabetización centrado en el conocimiento de las herramientas y recursos que nos permitan acceder a la información existente y a seleccionar aquella que es útil de la que no lo es, identificando la información realmente valiosa en una sociedad en la que todo el mundo tiene la posibilidad de producirla.
El Camarote publicó hace un par de años un fantástico artículo en torno a las competencias digitales que recomiendo consultar por la cantidad de información que recoge sobre este tema.
En nuestro caso, trabajando sobre las ideas que Dolors nos propone para la formación de los usuarios y usuarias de la Red Guadalinfo, hemos desarrollado un modelo de competencias digitales que me gustaría compartir y discutir contigo… ¿qué echas en falta?, …¿qué sobra?
Apreciado David.
Quizá habría que agregar el caracter subordinado de las llamadas competencias digitales. Pueden ser importantes o no si favorecen a que desarrollemos otras capacidades realmente significativas, como por ejemplo la comunicación, la colaboración, la solidaridad, la curiosidad, el pensamiento reflexivo.
El propio concepto de «competencia» o de «modelo basado en competencias» me genera interrogantes (http://carbonilla.net/2010/03/03/la-educacion-prohibida/), que no rechazo. Considero importante saber «cómo hacer las cosas», pero es más importante «hacerlas bien».
Un saludo cordial.
Alejandro
Hola Alejandro, este modelo se centra en las Competencias Digitales de la ciudadanía, que es el público objetivo de nuestras políticas de incorporación de las TICs como instrumentos de mejora en la vida diaria de las personas.
Evidentemente, cada modelo educativo debe reflexionar sobre las competencias sobre las que debe trabajar.
En nuestro caso otras competencias como la colaboración, el pensamiento reflexivo y el pensamiento crítico o la comunicación son tratadas de forma transversal y ligadas a las competencias digitales que hemos descrito.
Sobre la diferenciación entre hacer las cosas y hacerlas bien, creo que no debería existir, al menos yo identifico una con otra. Pienso que la excelencia en el trabajo debe ser un valor intrínseco al mismo y no un extra.
Un abrazo.
¿Dónde ubicaríais los foros de discusión? Tal vez podrían cubrir el hueco vacío que observo en el nivel básico de «Participación en la red» ¿?
Creo que son un elemento a tener en cuenta, y no lo he visto reflejado.
Saludos!
Alicia Cañellas.
Efectivamente los foros se nos habían quedado colgados, quizá conscientemente ya que, de alguna forma, los wikis y blogs vienen a mejorar ese espacio de conversación que tradicionalmente han cubierto los foros.
No obstante, me parece una buena propuesta para considerarla en ese estadio más elemental de la participación en red.
En primer lugar me parece un artículo muy interesante y completo. No obstante la complejidad de la realidad social de los diferentes colectivos de ciudadanos objeto del proyecto hace que no sea fácil plantear una estrategia común o al menos única.
Me parece muy buena la reflexión sobre el trabajo bien hecho de David en respuesta a Alejandro, la cual asumo como propia. Sin embargo a veces el deseo por equiparar trabajo a trabajo bien hecho pasa por tener las ideas claras y tiempo para reflexionar, cosa que ahora mismo parece un imposible, y que puede llevar a algún grado de frustración en el educador y sensación de desatención en el educado.
Esto se agrava por la pretensión de medir todo «al milímetro» con según que herramientas, que ocupan el tiempo del trabajador-educador en tareas burocráticas muy pesadas. (en los centros homologados existe personal ‘liberado’ para tareas administrativas y de coordinación)
Pienso que los valores y resultados de la formación deberían medirse por el grado de satisfacción y preparación del usuario, y no por la cantidad de tareas que pueda llevar a cabo un ser humano a la vez.
Apuesto por la calidad en lugar de por la cantidad, y como dice al principio el artículo, no se puede medir por «volumen tansmitido», pero ni del educado ni del educador.
Planteas una cuestión muy interesante. Me recuerda de alguna manera a aquello que aprendíamos en Mecánica Cuántica sobre el Principio de Incertidumbre de Heisenberg [que burdamente resumido venía a decirnos que la observación de un fenómeno modifica su estado].
A veces nos preocupa tanto evaluar y medir nuestro trabajo que invertimos más esfuerzo en esto que en hacerlo, y hacerlo con calidad,… y además primar la calidad a la cantidad.
Evidentemente en la medida del proyecto jugará a favor de nuestra visión la evaluación de la satisfacción de los usuarios, y seguramente nos servirá para reorientar todo aquello que no estemos haciendo bien, a todos los niveles.
Pero igual de las competencias digitales de la ciudadanía estamos desembocando en otra conversación distinta 😉
Gracias por tu aporte.