Conectivismo, paciencia, calma, mucha calma…

Gracias (muchas)

Lo primero, agradecer que David me haya invitado a entrar en su blog para esta colaboración. Y lo segundo, el peso de la responsabilidad… Escribir una entrada en el blog de otra persona es… es… ¡es una gran invitación! El blog es la más personal de las herramientas 2.0. Así que la entrada tiene que reflejarme a mí, claro, pero también reflejar mi interacción con el blog de David. Que yo creo que es un gran referente. A ver… Habitualmente en la web 2.0 la cortesía se exagera. Y eso está bien. Ahora, aquí, no. Cuando yo tengo dudas vengo al blog de David a aclararme. Uso tres blogs de otras personas para orientarme pedagógicamente y el de David es uno de ellos. Cuando quiero decir que es un gran referente, estoy intentando decir precisamente eso.

De ahí que mi entrada tenga que mantener continuidad con alguna de las suyas. En este caso, la de «¿Le damos la vuelta al aula…? The flipped classroom?«. Y la quiero aprovechar para contar cómo me ayudó a enmarcar mi acción, cómo me ayudó a reflexionar sobre lo que hago y lo que intento hacer. También añadir mi aportación: el concepto de «paciencia 2.0». Y, por supuesto, agradecer que haya empleado uno de los recursos de mis «flipped classroom». 😉

En esto creo

Lo primero, decir que creo que el conectivismo es la mejor manera de aprender. Al menos en un mundo donde la información y los datos no solo abundan, sino que se sustituyen por nueva información y nuevos datos de un modo acelerado. Por tanto, creo que el aprendizaje basado en contenidos de tipo informativo no funciona. Porque muchos de esos contenidos caducarán pronto y serán sustituidos por otros. O pasarán a ser irrelevantes. O serán relevantes pero invisibles. Yo mismo lo he vivido en mi materia. Soy biólogo y desde que estudié, ha cambiado el concepto de gen, el significado de los glúcidos, el papel del citoesqueleto, la relevancia de la inmunidad inespecífica, los reinos taxonómicos, la posición de Homo habilis en nuestra línea genealógica…

Sí, es cierto. Hay contenidos resistentes al paso del tiempo. Pero… Pero es una pena ocuparse solo de ellos y creer que los contenidos efímeros no tienen valor. Tienen mucho valor. Porque pertenecen a una cadena de conocimiento.

¿Entonces? ¿A qué dedicarse? ¿Sobre qué enfocar la educación? ¿Sobre contenidos permanentes? ¿Sobre la evolución de los contenidos?

Creo que lo mejor es olvidarse de ellos como eje. Ojo. No digo olvidarse de ellos, no. Digo olvidarse de ellos como eje. Usarlos, pero tomando como eje otra cuestión más relevante: la capacidad del alumnado de procesar esos contenidos; y comunicarlos; y transformarse mediante ello; y actuar en consecuencia. Acompañar al alumnado en su conversión de mero espectador a usuario de contenidos. De persona que los lee a persona que hace algo con ellos.

Y así lo busco

¿Cómo usar los contenidos, cómo convertir información en conocimiento? Al menos yo les planteo varias posibilidades:

  • Buscar relaciones que existan entre ese dato o información y otros datos o informaciones. No solo de la misma materia, sino de otras materias. Es más, con cualquier otra cosa que sea conocida por el alumnado, que pertenezca a su vida cotidiana.
  • Buscar contextos, situaciones, en los que sea relevante ese dato y ubicarlo en él.
  • Encontrar problemas cuya resolución quede facilitada al conocer una información concreta.
  • Localizar decisiones que se tomarían mejor si se supiera una información concreta.
  • Identificar productos que se podrían vender y empresas que se podrían levantar tomando como base o usando esa información.
  • Identificar servicio público que se podría mejorar si el funcionario o gestor conociera esa información.
  • Encontrar qué profesiones podrían hacer uso de esta idea, convertirse en usuarios de la misma.
  • Imaginar qué experimentos y qué instrumental se podrían diseñar para profundizar en esa idea.

Con todos esos aspectos, lo que se pretende es que el alumnado vaya enriqueciendo semánticamente la información. Que le dé significado, vaya… En campos en los que, quizá, pudiera estar interesado ahora o en su futuro. Por tanto, le da una oportunidad al contenido para entrar en su vida. Actual o futura. Y, por supuesto, ese proceso de enriquecimiento semántico debería ser narrado, debería ser compartido con otras personas. Ese relato serviría para facilitar su conocimiento a otras personas y crear… ¡conectivismo! Con los contenidos como herramienta y con el significado que tienen para la persona como eje.

Pero…

Pero no es fácil. No es fácil en un mundo en el cohabitan varios mundos. Y es que en un centro educativo conviven metodologías que reconocerían bien maestros del siglo pasado o copistas medievales, con otras que van mucho más allá. No es fácil pedirle al alumnado que trabaje durante una hora en el siglo XXI (usando, dando significado, compartiendo, conociendo el significado que le dan otros, participando) y a la siguiente que trabaje como en el siglo XVIII (repitiendo, memorizando, callando).

Hay que dar pasos intermedios. A veces no se llega a que el alumnado pueda dar significado relevante a la información convertirlo en conocimiento, representarlo en un contenido, compartirlo, conocer lo que otros hacen e incorporarlo si se desea. Y en esos pasos intermedios aparecen las «flipped classroom», las clases dadas la vuelta. En ellas el profesor sigue explicando. Por escrito, con imágenes, con vídeos. En un blog, en una red social, en una wiki… Pero no en clase. En clase se le pide al alumnado que reflexione esos contenidos, que les busque un significado. En mi caso este año uso G+ con los hashtag #2abtcv (BIO 2º Bachillerato), #ticcv (tIC 2º Bachillerato), #1jbcv (ByG 1º Bachillerato) y #cmcncv (CMC 1º Bachillerato). Allí espero que surjan conversaciones. Y allí llevo las informaciones que publico en mi blog de contenidos. Por cierto… Todo ello a la vista de las familias, porque se hace en público y se les ha presentado. Y a la vista de más alumnado. Y de más profesorado. Y, si lo deseara (que lo dudo) de cualquier instancia de la Administración. Es decir, en plan #openescuela20.

¿Significa eso que renuncio al conectivismo? No, no…! Hay un sitio creado específicamente para que vaya apareciendo lo que el alumnado va creando, con los significados que le va dando. Y lo comparta a la vista de otras personas. Aunque al principio, la verdad, imitan mucho a los clásicos libros de texto… Muchos datos, mucha información. Poco significado aún, pero creciendo… Y por cierto… También a la vista de las familias. Y de otro profesorado. Y de otro alumnado. Buscando crear una comunidad virtual de aprendizaje. Capaz de ir acumulando contenidos para facilitar que alumnado de próximos años puedan apoyarse en lo que este curso se haga.

¿Es necesario que el profesorado genere contenidos en una época de abundancia? Pues… No debería, en principio. Pero si lo reflexionas un poco, resulta que sí. No cualquier contenido, no. Uno cargado de significado, que pueda ser útil para el alumnado concreto, que contenga relaciones con sus centros de interés, que esté enriquecido con ideas que sean reconocibles. Un contenido adaptado. Y, por tanto, un contenido dedicado. Hay muchos contenidos en la red, pero ninguno pensado para mi alumnado. Salvo el que yo elaboro. O el que elaboran ellas y ellos. Y, desde luego, el libro de texto está muy lejos de ser apropiado como fuente de contenido… Bueno, quizá en ocasiones, como pálido apoyo a lo que ofrece la red, cuando la conexión falla…

Aparte de eso, hay que reconocer que al alumnado y a sus familias les tranquiliza mucho que exista un contenido ofrecido por el profesorado. La ausencia del libro de texto provoca vértigo…

Pero no hay que olvidar que las «flipped class» son solo un apoyo, un paso. Incluso un paso atrás para tomar impulso. Que hay que avanzar un poco más allá. Que un buen indicador es que el alumnado vaya creando cada vez más contenido y el profesorado cada vez menos. Y todo eso no se produce linealmente. Hay idas y venidas. Hay choques con otro profesorado. Hay incomprensión, especialmente por parte de la Administración (equipos directivos, inspección). Hay fallos en los ritmos de implementación, en los intentos de avance, en la comunicación entre los diversos actores.

¿Cómo van las cosas?

Pues… No lo sé, la verdad… Mejor te cuento a final de curso. Es complicado con alumnado que confiesa que perciben la educación que se les ha dado hasta ahora como un proceso esencialmente basado en repetir para memorizar, y luego olvidar. Ellas y ellos reconocen que es complicado. Pero, la verdad es que por ahora, creemos que va bien y que promete, promete…

¿Cuál es el ingrediente fundamental?

Paciencia y calma. Dosis enormes… Y el apoyo de mucha gente en la red. Como tú. 🙂

imagen | Waiting for the tide de Tracy Byrnes con licencia CC-by-nc-sa

Jose Luis Castillo Chaves es licenciado en Biología y actualmente es profesor de Biología y Geología en el IES Celia Viñas de Almería, tras pasar un año en el Servicio de Educación Permanente de la Consejería de Educación. Su trabajo en el aula y su capacidad de narrarlo le convierte en un referente en la puesta en marcha de prácticas pedagógicas innovadoras (blog de José Luis Castillo).

19 Comentarios respuesta

  • Gloria Quinonez S. (@GQSunlimited)19 noviembre, 2012 at 11:53 am

    Gracias José Luis. Comparto el sentimiento y las ideas. Para mí David es mi profesor número 1 en cuestiones virtuales. De él he aprendido lo que sé y uso hasta el momento.
    David, siempre gracias, gracias por hacerme una mejor docente.
    Gloria

    • David Álvarez20 noviembre, 2012 at 8:01 pm

      Todos aprendemos de todos, este blog es grande gracias a quienes leéis y enriquecéis con vuestros comentarios. Y ya no decir el agradecimiento infinito a que compañeros y amigos que tanto saben como JL, Olga o Linda accedan a escribir en este blog

      #happy 🙂

  • Charo Trigos (@charotrigos)20 noviembre, 2012 at 11:08 pm

    Gracias ( miles ) José Luis por escribir este post, con paciencia, calma y con alma 🙂