Telegram… o cómo Emerge una Comunidad de Práctica
Este artículo se iba a llamar inicialmente ‘Telegram vs. WhatsApp’, con una colección de argumentos para optar por la primera en lugar de la segunda para la comunicación instantánea. Argumentos del tipo:
- En Telegram es posible asociar a tu cuenta un nick, de tal forma que puedes conectar y conversar con otros usuarios simplemente compartiendo ese nick [o facilitando la URL https://telegram.me/nick] pero sin necesidad de dar el número de teléfono. Esto es especialmente útil si quieres tener un grupo con tu alumnado o con familias manteniendo la privacidad de tu número.
- Puedes usar Telegram en tus dispositivos móviles pero también tienes la opción de usar la versión web. Pero una versión web totalmente operativa y útil, no como el simulacro de WhatsApp.
- Puedes enviar otros ficheros [además de fotos e imágenes], como como por ejemplo pdfs, presentaciones, etc.
- El buscador que te ofrece Telegram es simplemente fantástico, puedes localizar cualquier conversación si recuerdas alguna de las palabras que se incluían en la misma.
- En Telegram se pueden usar hashtgas, igual que en Twitter anteponiendo a la palabra el símbolo ‘#’.
- Telegram permite enviar mensajes secretos con una vigencia desde 1 hasta 60 segundos para autodestruirse [al estilo de los mensajes de SnapChat].
- También puedes crear canales como el de eldiario.es o Gestión sanitaria, que administra Miguel Ángel Mañez. En Conecta13 también tenemos un canal en Telegram aunque aún no hemos empezado a emitir.
- Telegram respeta la privacidad de sus usuarios y ofrece medidas de seguridad frente a espionaje por parte de agencias gubernamentales, cosa que no hace WhatsApp.
- Telegram es software libre y WhatsApp no.
Como ves una larga lista de argumentos, y aún hay más [que puedes leer en el blog del compañero Jesús Hernández], para dejar de usar WhatsApp [o al menos sustituirlo cuando sea posible] en favor de Telegram.
Esa era la idea inicial del artículo pero resulta que, desde que usamos Telegram en Conecta13 para la gestión de los distintos equipos de cada proyecto [como es el caso del equipo de mentores/as del Proyecto Samsung Smart School o el equipo de autores de un libro que dirige mi compañero Fernando Trujillo] nos hemos encontrado con el potencial de Telegram para favorecer que emerjan comunidades de práctica.
Y caí en la cuenta de esto charlando hace unos días, en compañía de Carmen Lineros y Mariano Hernán, con Juan Bautista Martín y Ramón Montes, de la Universidad de Granada, que están desarrollando una investigación sobre el último proyecto de formación que hemos llevado a cabo en colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública. En este caso el equipo de tutorización, coordinación y apoyo técnico del curso, integrado por 12 personas, ha usado Telegram como espacio de comunicación y de intercambio de soluciones y artefactos para afrontar las distintas cuestiones que surgían a a lo largo del curso.
En este equipo había miembros con una amplia experiencia en la tutorización y dinamización de actividades de formación en línea, junto con otros miembros con una larga trayectoria en las distintas redes de salud implicadas en el proyecto, pero con menor experiencia en este tipo de experiencias formativas. Así pues había tanto dudas e inquietudes en un sentido [cómo responder a las cuestiones estrictamente pedagógicas] como en otro [acerca de las personas participantes en el curso, sus inquietudes y necesidades, según su red de trabajo]. Telegram ha cumplido sobradamente a la hora de resolver las inquietudes compartidas por esta pequeña comunidad de profesionales durante el período de tiempo que ha durado el curso.
Esta comunidad de práctica se encuentra en su fase final, la de ‘memoria’. La comunidad ya no es un elemento central para sus miembros pero estos aún la sienten como parte fundamental de su identidad. Nos queda pendiente una reunión de evaluación y la correspondiente parranda culinaria habitual, y allí seguiremos contando historias y recogiendo recuerdos de nuestra experiencia compartida 🙂
Más que la herramienta (o herramientas) que permita(n) las funciones básicas (comunicación, repositorio…) importan, a mi juicio, las actitudes.
Estimado David, con esa descripción que nos obsequias sobre Telegram, sólo queda empezar a utilizarla…!
Ya publicaremos sobre la experiencia en su uso…
Saludos
Miguel C.
Guadalajara, México
Saludos David,
Es interesante tu opinión sobre el uso de la tecnología móvil para beneficio del aprendizaje de la persona, así como los elementos que destacas de una aplicación móvil para dicho fin.
Sería geníal contar con más información de este tipo para que de esa manera los desarrolladores de software relacionado a las actividades de aprendizaje sepan cuáles son las funciones que deberían tener en cuenta con la finalidad de hacer que las plataformas tecnológicas sean de mayor utilidad para los usuarios.
Éxitos y ojalá podamos seguir disfrutando de este tipo de artículos!
Qué buena noticia! Estaba esperando algo así. Soy profesora de inglés y en mi trabajo en escuelas secundarias hasta ahora he creado grupos cerrados en Facebook en una escuela pública que depende de la Universidad y grupo de correo electrónico en una escuela privada, donde se prohíbe el uso de celulares a los alumnos dentro de la escuela, sólo pueden usarlo en clase con la supervisión del docente. En general, tanto en un caso como en otro, los alumnos usan muy poco o nada tanto fb como el correo electrónico y preferirían usar whatsapp. Lo que me inhibió hasta ahora es justamente el tener que dar mi número de celular. Voy a probar telegram cuando empiecen las clases en marzo, creo que va a tener una mejor recepción. Muchas gracias por compartir esta novedad. Saludos desde Argentina! Cecilia