Curso 2020/2021: El incierto regreso a las aulas

El final del curso 2019/2020 lo tenemos ya a la vista y aunque en otras circunstancias esto simplemente supondría mirar hacia los meses de verano buscando el esperado descanso tras un intenso curso académico, este año familias, profesorado, equipos directivos y administraciones educativas miran hacia septiembre con incertidumbre. Pero incertidumbre de la de verdad, no de la de los ‘tiempos líquidos’.

Los medios de comunicación y los espacios digitales personales y de diferentes organizaciones apuntan diferentes ideas, propuestas o simplemente reflexiones sobre cómo debe ser la desescalada educativa. En algunas comunidades se plantea la vuelta de parte del alumnado a las aulas para cerrar el curso, pero siendo realistas esto es actualmente inviable. En Andalucía ya hay equipos directivos que están renunciando a seguir el curso que viene al frente de sus centros, como medida de protesta ante la situación de indefensión que denuncian.

La situación sanitaria a la que nos enfrentamos no es algo que podamos obviar, por más que hayamos conseguido «aplanar la curva» en España. El siguiente vídeo, que compartía José Luis Castillo en Twitter, muestra la evolución entre el 1 de enero y el 23 de mayo de este año del número de muertes acumuladas en todo el mundo por distintas causas no naturales, incluyendo por supuesto el COVID-19.

En Estados Unidos el American Enterprise Institute ha sugerido que todo el personal docente con más de 55 años se jubile anticipadamente, para evitar exponerlos a situaciones de riesgo para su salud.

El País recoge la propuesta de Fernández Enguita, de pasar del «aula huevera» al «aula hiperconectada», que en realidad lo que plantea es la necesidad de transformar las prácticas docentes, desde modelos exclusivamente cognitivistas [centrados en la transmisión de información por parte del docente] a modelos socio-contructivistas en los que el alumnado cuenta con una mayor diversidad de experiencias de aprendizaje. Un transformación que requiere inevitablemente de una revisión de los espacios escolares: el «qué», el «cómo», el «cuándo», el «quiénes» y el «por qué» se utilizan. Y no hace falta buscar ejemplos tan lejos como los que plantea el artículo de El País, donde aparecen fotos de la Escuela de Primaria Woodland en Milford [USA]. Tenemos la propuesta Aula del futuro de INTEF, que ya se ha replicado en diversas comunidades a través de los Centros de Profesorado y que permite imaginar cómo podrían ser esos espacios de aprendizaje más versátiles y mejor acondicionados para múltiples formas de aprender y enseñar.

En Xataka publican un artículo en el que muestra cómo diferentes países han puesto en marcha los planes de reapertura de los centros educativos. Entre las medidas de seguridad que se están aplicando vemos desde la ampliación de la distancia entre pupitres hasta el uso de mascarillas infantiles o la colocación de mamparas en cada pupitre, pasando por restricciones a las familias para acceder a los centros a recoger a los hijos, controles de temperatura en el acceso a los centros o los lavados de manos antes de cada clase.

Sin embargo, el viernes sabíamos que Corea del Sur cerraba de nuevo cientos de escuelas recién abiertas, la mayoría de ellas a las afueras de Seúl, tras detectarse nuevos brotes de COVID-19 en la capital.

En La Vanguardia también recogen el enfoque de desescalada educativa en diferentes países, europeos fundamentalmente, destacando el caso de Suecia, que optaron por no cerrar los centros educativos y que muestra unas estadísticas de fallecimientos bastante superiores a las de los países de su entorno, que sí confinaron a los estudiantes, con críticas de la exjefa de epidemiología del país.

CNN publicaba hace un par de semanas un artículo que recogía en fotos cómo la pandemia ha cambiado la educación.

Este hilo de Alejandro Morduchowicz en Twitter muestra imágenes de centros de diferentes países que han reabierto total o parcialmente sus aulas:

Me pregunto, ¿en qué medida los planes de contigencia que los Centros tendrán que poner en marcha estarán escritos, o al menos co-escritos, por los propios docentes? La medida de los dos metros de distancia entre pupitres para a priori trivial de poner en marcha,… en un mundo ideal en el que los centros educativos tuvieran grandes aulas y/o aulas sin uso. Aún suponiendo que lo anterior fuese factible, ¿qué pasa con los espacios comunes? ¿Y con los accesos al centro? ¿O los aseos? ¿O los traslados en el bus escolar? Las medidas de higiene, organización y los recursos necesarios para desarrollar todo esto no es compatible:

  • Ni con una delegación de la Administración en los centros, y en particular en los equipos directivos, para hacer el aprovisionamiento de recursos.
  • Ni con unas directrices estrictas que no permitan a cada centro establecer su propio plan de acción.

Lamentablemente, viendo lo que ya está ocurriendo, estas dos [a la vez] van a ser las únicas cosas con las que vamos a poder contar con seguridad para el próximo curso. Y añadamos las cuestiones de escasez de recursos tecnológicos por parte de cierto sector del alumnado y de las necesidades de conciliación de las familias.

Como decía al comienzo, «el incierto regreso a las aulas».

Y cierro este artículo con el último episodio publicado en el Podcast El Cantor de Jazz, en el que aprovechando el aniversario de la grabación de la banda sonora de la película «Anatomía de un asesinato» recupero una sección que estrenamos hace algunos años, con la colaboración de mi amigo Benjamín Pérez, y que comenzó precisamente revisando la película de Otto Preminger y la banda sonora de Duke Ellington.

¡Feliz domingo!


Imagen | Annie Spratt en Unsplash

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