Lecturas Recomendadas: MOOC, Innovación Educativa y Recursos Didácticos
En esta nueva selección de lecturas volvemos a tocar el tema de los MOOC, como sabes muy vinculado con las más recientes experiencias llevadas a cabo desde Conecta13, pero también comentamos un par de artículos que hablan sobre cambio del modelo educativo y compartimos algunos recursos, para terminar recuperando un fantástico artículo publicado hace 15 años por Luis Landero en El País: El gramático a palos.
– «Si los MOOC son la respuesta, ¿cuál es la pregunta?». Jordi Adell tiene la suya y nos la sintetiza en La pregunta de los MOOC, que incluye la presentación de su ponencia «El aprendizaje a través de cursos abiertos masivos en línea (MOOC)» ofrecida en las JUTE 2014.
En esta presentación Jordi analiza el contexto en el que emergen los MOOC, los distintos tipos que podemos identificar y las pedagogías que hay tras los dos principales modelos [los cMOOC y los xMOOC].
En cuanto al futuro de los MOOC, Adell lo ve muy complicado, especialmente por la dificultad [hasta el momento] de establecer un modelo económicamente sostenible, aunque según el tipo de organización creo que cabe tener en cuenta distintos tipos de ROI.
En cualquier caso, desde el ámbito universitario, los MOOC plantean otros problemas, además del relativo a su sostenibilidad, como por ejemplo el que se refiere a la certificación [ninguna Universidad reconocerá los certificados emitidos por otra, dice Jordi].
Pero lo realmente importante del fenómeno MOOC, bajo mi punto de vista y creo que compartido con Jordi Adell, tiene que ver con los aprendizajes que tienen lugar en estas experiencias, especialmente en los MOOC conectivistas.
– Fast Company se ha metido en las cocinas del área de formación de Google para descubrir que durante el año 2013 unos 2.000 empleados de Google se ofrecieron como voluntarios para formar a sus compañeros, en algunos casos en disciplinas que estaban alineadas con el trabajo de la empresa [como el Design Thinking] y en otros casos en materias más relacionadas con los intereses de sus empleados [como el Kickboxing o la escalada].
Esto supuso cubrir con recursos propios, y a coste cero, el 55% de la formación desarrollada por la organización, pero la clave de esta estrategia no está en la reducción de costes si no en otras cuestiones, como por ejemplo:
- Promover una cultura del aprendizaje en la organización, lo cual favorece que la formación deje de ser vista como algo a lo que te obligan desde el área de recursos humanos, al tiempo que esa amplia oferta [más allá de los límites que establecen los perfiles profesionales y por tanto las necesidades formativas de la organización] ayuda a que cale esa cultura del aprendizaje. Los empleados asumen que pueden aprender todo lo que necesitan y les apetece dentro de la propia organización.
- Poner a los empleados en el rol de los docentes hace que el aprendizaje sea otra forma de trabajar con otros, además permite sacar lo mejor de cada miembro de la organización. Fomenta también la atención a lo que otros pueden aportarte.
- El desempeño como formadores de estos docentes ocasionales está al nivel de los que desarrollan esa tarea como su principal trabajo en la organización. Estos empleados que se convierten en docentes no se limitan a seguir un manual o tutorial, comparten el conocimiento tácito que han adquirido en su puesto de trabajo. Por otra parte los resultados de estas formaciones están mejorando el desempeño del personal que participa, aseguran desde Google.
Una interesante estrategia, ligada a la gestión del talento de la organización, que bien diseñada puede ser implementada por otras organizaciones, como ya demostramos en el Consorcio Fernando de los Ríos con los talleres de formación-flash, desarrollados por los propios miembros de la organización y abiertos a cualquier persona que quisiera participar, como este Taller sobre Dropbox que diseño y desarrolló con gran maestría Pablo Hervás, jefe del Área de Administración y Compras, nada que ver con el área de Formación como te puedes imaginar 😉
– Leyendo el artículo Aprender a hacer: de los contenidos a las competencias de Carlos Magro me viene a la memoria aquel otro de Alorza en el que nos convenció de que en la Sociedad Líquida es mejor panificar que planificar.
El cambio que la educación necesita nunca llegará si esperamos un gran plan estratégico diseñado y ejecutado desde la Administración. Llegará con la suma de muchos pequeños cambios, llevados a cabo desde cada aula, desde cada claustro, desde cada AMPA,…
Como dice Magro…
Es quizá el momento de hacer micropolítica educativa, microcirugía de aprendizaje, de dejar de lado las grandes operaciones, las grandes instalaciones y las grandes leyes para HACER.
– Sobre cambio educativo escribe también, siempre lúcido, Alejandro Sarbach en Relaciones entre profesores y cambio educativo, planteando la necesidad de afrontarlo desde el claustro como consecuencia de una cultura educativa compartida y de un conjunto de relaciones personales que permitan gestionar de forma saludable las distintas necesidades, aspiraciones, miedos e incluso ‘toxicidades’ de sus integrantes.
Dice Sarbach…
La construcción de centros para el siglo XXI –y ahora estoy pensando sobre todo en las enseñanzas medias, que es lo que me resulta profesionalmente más próximo– parece reclamar, además de recursos tecnológicos o formación técnica y pedagógica de los docentes, algo tan sencillo y claro como la transformación de las relaciones de trabajo (y por tanto humanas) entre las y los integrantes de los equipos docentes.
– El segundo MOOC del INTEF llega a su última parada, y para todos los que hemos estado implicados en esta experiencia llega el momento de hacer balance y sacar conclusiones.
No obstante, y con muchos datos aún por explotar, en un análisis cualitativo y totalmente personal me atrevo a decir que sí, que se puede. Se puede hacer un MOOC centrado en la red y no en los contenidos. Se pueden diseñar tareas apasionantes que nos ayuden a profundizar en el contenido del curso. Se puede evaluar de otra forma que no sea un cuestionario. Se puede involucrar a los participantes hasta el punto de que tomen los mandos del curso en muchas ocasiones. Se puede vivir una experiencia de aprendizaje inolvidable en un MOOC. En definitiva, hay más vida allá de Coursera y MiriadaX, ¿no te parece?.
– Aumentaty es una web dedicada a la Realidad Aumentada que ofrece un par de herramientas de forma gratuita para uso educativo: una herramienta de autor [Aumentaty Author] y un visor de realidad aumentada [Aumentay Viewer] que nos presentó Esteban Anguita en Aumentame 2014. La única pega que le podemos poner al proyecto es que el software no está disponible para equipos con sistemas operativos libres.
– Materiales para la Creatividad es un sitio desarrollado por Antonio Omatos para generar recursos que permitan estimular la creatividad del alumnado a partir de imágenes, cubos o barajas, entre otros, con distintas propuestas para usarlos en el aula.
– Y cierro esta selección recuperando El gramático a palos, un artículo de opinión publicado en El País por Luis Landero, al que llego [el artículo original tiene 15 años] a través de una publicación en Facebook de mi amiga Araceli Pérez.
Cito del artículo:
Tampoco mi joven amigo sabe bien lo que lee porque, entre él y los textos, se interpone siempre la gramática, como un burócrata insaciable. Un poco al modo de aquella parodia donde Cortázar da instrucciones para subir una escalera, tanto mi joven amigo como yo nos quedamos en la higiene de los manuales de uso, sin lograr apenas ascender unos cuantos peldaños.
Es evidente que esta reflexión se puede extender al resto de materias que con gran esfuerzo nos empeñamos en enseñar en la escuela a nuestro alumnado, con un enfoque técnico ligado más a la memorización que a la comprensión, pero habitualmente ajeno a la necesidad de ‘enfrentarse’ a esas materias en situaciones reales. Así enseñamos análisis matemático y estadística inferencial, aunque luego el alumnado sea incapaz de ir a comprar sin ser engañado con ‘grandes ofertas’ o de analizar críticamente las noticias que incluyen gráficos estadísticos; dedicamos muchas horas y esfuerzo a que memoricen los verbos irregulares y un vocabulario más o menos amplio, aunque luego no sean capaces de mantener una conversación fluida en inglés; o conseguimos grandes expertos en morfología vegetal, de tal modo que conozcan perfectamente las partes de una planta y cómo se reproducen, por supuesto sobre un libro de texto, aunque luego no sean capaces de diferenciar entre distintas especies autóctonas en un paseo por el campo.
Y volviendo al texto de Landero, por si queda alguna duda acerca de lo que quiero decir:
Uno no tiene nada contra la gramática, pero sí contra la intoxicación gramatical que están sufriendo nuestros jóvenes. Uno está convencido de que, fuera de algunos rudimentos teóricos, la gramática se aprende leyendo y escribiendo, y de que quien llegue, por ejemplo, a leer bien una página, entonando bien las oraciones y desentrañando con la voz el contenido y la música del idioma, ése sabe sintaxis.
En un comentario a la publicación de este artículo en Facebook Pepe Jiménez añade lo siguiente:
Feliz domingo.
Gracias, David, por regalarnos esta entrada con lecturas y reflexiones tan valiosas. Es siempre un placer leerte.